Fantasías reales
Confundo la realidad con los sueños cuando de ti se trata;
y es que disfruto tan profundamente tu compañía que parece una ilusión;
pero con similar profundidad evoco tu imagen cuando no estás a mi lado,
tanto que parecería real. Así, siendo como un sueño tu sublime compañía
y como una realidad tu recuerdo infinito, entonces lo real y los sueños
se funden en una misma percepción, a la luz de lo que por ti siento.
Esto que siento es de verdad, pero una verdad que es un sueño…
Cuando padezco de tu ausencia suelo fijar la mirada al cielo;
cielo que sirve de lienzo que retrata tus ojos;
ojos cuya luminiscencia se impone ante las luces de las estrellas;
estrellas que todas juntas no consiguen igualar el brillo de tu mirada.
Tu cuerpo me calienta más que el sol;
tus besos me bañan más que las aguas cristalinas de los ríos y los mares;
tu sonrisa de mujer enamorada adorna más mis noches que la luna.
Es que tú, en cuerpo y alma, eres más que lo invaluable.
Mis fantasías son todas sobre ti.
Quiero tenerte en mi realidad y en mis sueños.
Soñarte es vivirte, recordarte es tenerte.
Tu regazo acuna mis fantasías que son reales;
son verdaderas porque son mi realidad,
ya que tú eres mi sueño de verdad.
Cuando el infinito se torne finito;
cuando las nubes pierdan humedad y dejen de producir lluvias;
cuando se sequen los océanos y el firmamento carezca de astros luminosos;
cuando –en definitiva- lo inverosímil suceda,
yo todavía te seguiré soñando en la realidad.
Yoaldo H.P.