El calor de tu hoguera tibia mis suspiros,
cada suspirar a tu lado alienta un verso.
Tantos suspiros, tantos versos…
Tú eres mi poesía inconclusa;
y es que pertinaces son los versos perfumados por tu aliento.
Toda mi vida respiraré el aire que aspiras,
suspirando junto a tus ojos fijos.
La musa está tatuada indeleblemente en tu ser:
cómo no contemplarla constantemente,
cómo apartarla de mi inspiración…
Las estrofas y los versos oriundos de tu encanto
son gotas que como lluvia se vierten en mis ojos,
un mar se forma y en él navega mi mirada.
Como el cielo, que pinta de azul los océanos,
tu esencia dibuja tu rostro angelical en mis pupilas.
Eres mi poesía inconclusa y no preciso terminarla.
Poesía sin acabar diviso en ti,
porque cada día me trae un verso nuevo
envuelto en tu imagen.
Y.H.P.