VIVO Y VIVIENDO…
No basta estar vivo,
hay que vivir la vida.
Se vive derivando lecciones,
poniendo la debida atención a cada instante, a cada acontecimiento;
evitando tropezar más de una vez con la misma piedra;
encontrando el encanto de cada etapa de nuestra existencia…
Se debe evitar ser un muerto en vida,
tenemos que descubrir nuestra pasión y jamás negociarla.
Quien hace de la rutina su aliada inseparable y no es capaz de discriminar
entre nimiedades y aquello que realmente vale la pena,
podrá estar vivo, pero definitivamente no estará viviendo la vida.
Dijo alguna vez un gigante de las letras hispanoamericanas,
premio Nobel de literatura, que deseaba estar vivo hasta el final
y que no le gustaría erigirse en una estatua en vida;
que era su deseo hacer lo que le apasionaba hasta exhalar su último aliento.
El cantor repetía, una y otra vez, que esperaba que
cuando la muerte le viniera a visitar, le encontrara totalmente vivo:
¡y así fue, admirado Facundo!
La vida no solamente es breve -poniéndola en perspectiva-
es además extremadamente frágil y “mal educada”:
se va súbitamente sin anunciarlo y sin pedir permiso.
Para vivir, en el sentido vivo de la palabra, debemos encontrar nuestra paz
y empeñarnos en reinventarnos, descubriendo aquello que nos interese
y cultivando en todo momento nuestra pasión por algo.
No hay por qué odiar al aburrimiento,
lo inteligente es utilizarlo como estímulo para redoblar los esfuerzos
por ocuparnos con oficios de interés.
Cuando vivimos la vida…
encontrando y desarrollando nuestras pasiones,
evitando hacer el mal,
sabiendo que lo importante no es el precio, sino el valor de las cosas;
siendo “temerosos” de Dios,
valorando y apreciando lo que tenemos y lo que somos,
en vez de desear lo que tiene o lo que es el otro;
poniendo alas a nuestros sueños y volando bien alto, pero poniendo también
raíces a nuestros pies para mantenerlos siempre sobre la tierra;
aprendiendo a pedir perdón e incinerando todo vestigio de soberbia;
entendiendo que el bien nacido es agradecido y que la mejor religión es el amor,
lo que en definitiva estamos haciendo es valorando y aprovechando,
en su justa dimensión, el privilegio que representa haber nacido y
formado parte del gran milagro: la vida!
Y.H.P.